Archive for the ‘autoridad’ Category

Pequeña reflexión sobre la orientación en Cataluña en estos momentos

4 de octubre de 2017

Sé que me puedo meter en un lío y que quizás me lluevan las críticas, pero la situación actual es tan difícil que no puedo permanecer al margen. Tengo la ventaja, además, de estar jubilado y no tener que enfrentarme a la diaria realidad que se vive ahora mismo en los centros educativos y que me permite ofrecer un punto de vista, no sé si equidistante, pero sí alejado de los excesivos brotes emocionales que se provocan en el contacto cercano.

Me imagino la dificultad de los orientadores en la Cataluña de estos tiempos. Desconozco la realidad in situ, el día a día de su trabajo en el despacho, en las reuniones con sus compañeros y con los estudiantes, la convivencia en las aulas. Supongo que los últimos acontecimientos habrán colocado a unos en un lado y a otros en el contrario, porque todos tenemos ideas políticas que son respetables en un estado de derecho siempre que se atengan a un mínimo de tolerancia y se defiendan con cordura, aunque también se pueden defender con vehemencia y apasionamiento. En toda mi vida como docente he creído que el sentido común, el respeto, el diálogo y la autoridad son los mejores aliados de maestros y profesores y que dan mucho mejores resultados que el autoritarismo, la imposición, el desprecio del otro o la negación de la evidencia.

¿Cómo se puede afrontar en los centros educativos, que no son burbujas impermeables a lo que ocurre a su alrededor, los acontecimientos que como un tsunami están arrasando la convivencia en Cataluña? Desde luego no como los dos profesores del Instituto El Palau, de Sant Andreu de la Barca, que no tuvieron otra ocurrencia que decirle a hijos de guardias civiles “Estarás contento con lo que ha hecho tu padre”. No voy a opinar sobre la actuación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado el domingo porque este no es el lugar adecuado y mi opinión aquí no interesa. Ni tampoco sobre si hay adoctrinamiento o no ni sobre la presión que, según algunos, se está sufriendo por defender ideas diferentes. Pero lo que nunca se debería permitir es que en un aula un profesor reproche o recrimine a un alumno por lo que han hecho sus padres. Supongo que habrá habido momentos de tensión en los días previos, que las posturas de alumnos y profesores se habrán decantado por una posición o por otra y que habrá habido discusiones y enfrentamientos, pero ¿qué pretendía conseguir ese profesor poniendo en evidencia a uno de sus alumnos delante de la clase por algo que él no había hecho? No sé si será consciente de lo que eso puede provocar no sólo en el alumno afectado sino también en el resto de sus compañeros. En la noticia que se publicó en El País esa actuación se circunscribe sólo a dos o tres profesores, lo cual es de agradecer para evitar que la convivencia se convierta en un infierno.

Y aquí es donde yo veo la dificultad de la labor orientadora. Si yo fuera orientador, y menos mal que no lo soy ahora y en Cataluña, me vería en la obligación de hablar con ese docente porque, además de que supongo que lo hará el equipo directivo para conocer el contexto y su versión, a mí me costaría trabajo permanecer al margen ante una situación tan injusta para el alumno. Y quizás aconsejaría al profesor que, delante de la clase, pidiera disculpas al alumno explicando que su actuación fue debida a la tensión del momento que se vive. Reconocer un error humaniza y, aunque parezca lo contrario, da más autoridad al docente. Por otro lado, el docente debe ayudar a sus alumnos a ser críticos, a luchar contra las injusticias, a defender sus derechos y conocer y cumplir sus obligaciones. Y todo eso está reñido con el adoctrinamiento en las aulas, sea de un lado o del otro. No volvamos a caer en los errores del pasado y en la traumática experiencia que vivieron varias generaciones durante la dictadura.

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Los profesores de hoy en día

25 de febrero de 2016

(publicado originalmente en el blog trecegatosnegros)

En un mismo diario digital encuentro dos artículos que en apariencia son contradictorios, pero en el fondo no lo son tanto. En el primero se asegura que“los profesores de hoy en día le dan mil vueltas a los que había antes”. La frase es de Francesc Pedrò, analista de políticas en el centro de la OCDE para la Investigación Educativa e Innovación, referencia en materia de política educativa y aplicación tecnológica. Lo más importante es el docente, no las políticas ni los dispositivos, continúa diciendo, haciendo hincapié en la necesidad de preguntar más a los profesores qué es lo que necesitan y, algo fundamental, su formación, tanto inicial como continua.

La visión pesimista que se tiene de las capacidades docentes actuales es refutada por Francesc Pedrò: es una falacia que el profesorado siga enseñando igual que en el siglo XIX porque, aunque las aulas, los pupitres o la distribución de espacios sigan siendo similares, lo que ha cambiado radicalmente es el tipo de actividades y la capacitación técnica docente: “Lo difícil ahora es mantener la atención y la disciplina de una clase así, y para eso se requieren competencias que no eran necesarias en el siglo XIX. Los docentes de ahora les dan mil vueltas a los que había”. Reconoce que el alumnado, las familias, el ambiente cultural y social…, condicionan la enseñanza. Ni los contenidos pueden ser los mismos, ni la forma de impartirlos, ni las necesidades de los estudiantes ni de la sociedad en la que tienen que insertarse, por lo que la revisión de todos estos aspectos debe ser continua. Si analizamos la enorme cantidad de cambios que se producen y la rapidez de los mismos, es impensable mantener los conocimientos, las habilidades y las estrategias de enseñanza aprendizaje de hace unos años. Lo que hay que plantearse es si la pedagogía responde a las necesidades que el país tiene y no empecinarse y rasgarse las vestiduras por el fracaso escolar, la escasa transmisión de contenidos, la falta de autoridad del profesorado, etc.

El otro artículo, titulado “Cómo la educación española se echó a perder, contado por una profesora veterana”, también pone el acento y la importancia de la enseñanza en el profesorado (por cierto, yo siempre había creído que lo importante eran los alumnos y su educación), pero con una visión pesimista por parte de la entrevistada, Luisa Juanatey, profesora de instituto jubilada con más de 30 años de experiencia docente, que ha escrito el libro “Qué pasó con la enseñanza. Elogio del profesor”. Según parece, los males de la enseñanza están en la pérdida de autoridad del profesorado y su falta de valoración por parte de la sociedad en general, la devaluación de la enseñanza a partir de la LOGSE, el desprecio de la memoria y del esfuerzo, los padres malcriadores y consentidores, etc. No niego que parte de este análisis pueda tener razón en algunos puntos, pero creo que es excesivamente simplista. Es cierto que se ha desvirtuado la importancia de la educación, que se han implantado leyes educativas sin dejar que tomaran cuerpo, que no se han tenido en cuenta las opiniones del profesorado y sus necesidades, que no se ha formado adecuadamente a los docentes, que se ha politizado excesivamente la educación…

Pero es imposible comparar la educación que se impartía hace 30 o 40 años con la actual porque las circunstancias son radicalmente diferentes. Ni la sociedad, ni las personas, ni los medios, ni las necesidades son las mismas. Padres que acudían a la escuela o al instituto con una mezcla de temor o de reverencia son impensables en la actualidad, porque ningún ciudadano, por ejemplo, admitiría la impunidad o la amenaza de algún agente de la autoridad o la soberbia y el descaro de algún político (bueno, esto último lo pongo entre paréntesis); profesores que impartían sus clases en silencio absoluto, sin plantearse una enseñanza diversificada y adaptada y que podían expulsar a los alumnos en cuanto se incumplía alguna norma; alumnos respetuosos y obedientes, que no se planteaban protestar o interrumpir las clases… Todo eso ha pasado o debería haber pasado a la historia. Ahora existen los derechos y deberes del alumnado, del profesorado y de las familias, las adaptaciones curriculares, alumnado con necesidades de apoyo educativo, los consejos escolares, la participación de las familias, etc. Y eso no significa que me olvide de todos los problemas y males que aquejan a la educación, que son muchos, pero en todas las épocas los ha habido, y los profesores nos hemos quejado (cuando empecé en el año 1975, mis compañeros de colegio más veteranos también se quejaban y en el instituto, en los años 60, cuando yo era alumno, los profesores también nos decían que éramos unos incompetentes y que no queríamos estudiar, nosotros, que teníamos que hacer una prueba de ingreso y dos reválidas, cuando la enseñanza no era obligatoria).

¿Por qué dije al principio que estos dos artículos no eran en el fondo contradictorios aunque lo parezcan? Porque ambos, con diferentes perspectivas, hablan desde el amor a la enseñanza y reivindican la figura del profesor, piedra angular de la institución educativa, aunque sea el alumno su razón de ser. Mientras los partidos políticos y las autoridades educativas no lo tengan claro y trabajen al unísono, dejando a un lado sus diferencias y mientras la sociedad no exija a sus dirigentes que la educación sea el centro de sus discursos, puesto que el progreso y el cambio real sólo se realizará con ciudadanos bien formados, todo lo que digamos y escribamos no servirá para nada y se quedará en esto, en artículos, libros y entrevistas que únicamente mostrarán el desencanto y la frustración de los docentes y los brindis al sol de los políticos.

Adolescentes: negociar con los hijos, sí; chantajes, no.

9 de mayo de 2015

Educar a los hijos no es fácil, y educar a un hijo adolescente puede convertirse en un auténtico martirio en muchas ocasiones. Como ya he comentado varias veces en este Blog, ningún hijo viene con un manual de instrucciones sobre cómo educarlo y sólo la observación, la experiencia, el sentido común o la paciencia pueden ayudarnos a cometer el menor número de errores posibles. Porque seguramente nos equivocaremos de vez en cuando y si tenemos varios hijos comprobaremos que lo que da resultado y vale para uno no sirve para otro.

Además de la propia experiencia, la de los amigos o la de otros familiares, pueden ayudarnos a afrontar la educación en esta etapa de la vida (generalmente entre los 13 y los 17 años) los profesores u orientadores en los Institutos, los psicólogos, y también, una serie de publicaciones que dan consejos muy prácticos y soluciones a problemas que son comunes a todos los adolescentes.

Aunque no hay recetas mágicas ni los manuales de autoayuda son demasiado efectivos, sí hay artículos, libros o páginas web muy apropiadas. Hay mucha información y muy buena, alguna ya publicada en este Blog. Como no pretendo abrumar con lecturas muy académicas, teóricas o complicadas, me permito hacer una selección y recomiendar las siguientes:

  • Solohijos.com (de 13 a 17 años) (página web con muchos consejos y artículos que abordan los problemas más habituales en las relaciones entre padres e hijos en la adolescencia).
  • Adolescentes. Publicación de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía dedicada a los adolescentes. Se publicaron 3 números:

Número 1. Llegó la adolescencia. ¡Cómo ha cambiado!

Número 2. ¿Cómo ser buen padre o madre?

Número 3. Y llegó la temida secundaria

Recordar que en este Blog también se publicó un artículo que puede complementar la información anterior:

Del niño tirano al adolescente violento. Causas, síntomas y cómo reaccionar

Del niño tirano al adolescente violento. Causas, síntomas y cómo reaccionar

4 de febrero de 2015

niños-adolescentes2En las últimas décadas la sociedad en su conjunto y la familia como núcleo de la misma han sufrido cambios muy profundos. La estructura familiar, sea nuclear (padre, madre e hijos) o extensa (padres-hijos-abuelos-tíos-primos…), con unas relaciones, jerarquías y roles muy marcados y asumidos por todos los miembros, se ha visto modificada no sólo en su composición, estructura y roles, sino también, y de manera muy evidente, en las funciones y actividades que tradicionalmente realizaban y asumían sus componentes.

Las funciones de protección económica, afectivas, educativas o recreativas, que se consideraban patrimonio casi exclusivo de la familia, han sido asumidas paulatinamente por otras instituciones de la sociedad. Independientemente de que la familia esté formada por parejas heterosexuales u homosexuales, por hijos biológicos o adoptados, que los padres estén separados, que convivan en un mismo hogar hijos e hijas de varios matrimonios, etc., las funciones mencionadas no tendrían por qué haberse modificado sustancialmente. Y, sin embargo, podemos comprobar desde la perspectiva de los centros educativos que, por distintas circunstancias (imposibilidad de conciliar la vida laboral y familiar, falta de recursos o incapacidad, por ejemplo), muchos padres han tenido que delegar las citadas funciones en instituciones que, nunca o casi nunca, pueden llegar sustituirlos. Las personas se crean y se desarrollan fundamentalmente en la familia, ya que el aprendizaje vicario, es decir, el que se realiza con el ejemplo y con la imitación, el que modela a la persona, se realiza en gran medida en el hogar. El amor y el cariño, la autoridad y el respeto tienen su base en lo que los niños ven en sus padres en sus primeros años de vida.

En la web familiaysalud se han publicado recientemente dos artículos que explican por qué se están generalizando determinadas situaciones de violencia dentro de la familia: padres que maltratan a sus hijos, hijos maltratadores de sus padres, violencia de género… Se dirá que esto ha ocurrido siempre y que ahora se sabe más porque hay más información. Y no me cabe duda de que esto es verdad, pero también es verdad que en una sociedad avanzada y desarrollada, esto debería ser cada vez menos frecuente. Sin embargo, las estadísticas no mienten y los casos no disminuyen.

Recomiendo la lectura de estos dos artículos porque ponen el dedo en la llaga, buscan los síntomas y el porqué un niño tirano se suele convertir en un adolescente violento, así como saber reaccionar ante estas situaciones.

Del niño tirano al adolescente violento: causas y síntomas

Del niño tirano al adolescente violento: cómo reaccionar

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Quien educa es el centro entero, no sólo el profesor

1 de diciembre de 2014

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Hace poco el periódico El Mundo publicó una entrevista con el filósofo y pedagogo José Antonio Marina, con motivo de la publicación de su último libro titulado El talento de los adolescentes. En él sostiene, a partir del repunte de las conductas agresivas y de la falta de respeto del alumno hacia el profesor, que «infantilizamos al adolescente por miedo a exigirle mucho», «estamos liberando a los chicos de toda responsabilidad, lo que es un disparate», «los casos de agresividad que no se controlan antes de los 9 años van a más» o que «hay patologías en niños y adolescentes que no están siendo bien detectadas». Pero también añade otras ideas más optimistas sobre la adolescencia, como la de que es una etapa privilegiada para el aprendizaje y para la adquisición de nuevas posibilidades.

Todos los que nos dedicamos a la enseñanza, sobre todo en los Institutos, sabemos que entre los 13 y los 18 años la autoridad de los adultos es cuestionada, sobre todo la de aquellos más cercanos y con los que conviven a diario: padres y profesores. Es normal que la afirmación de la propia personalidad requiera de una continua adaptación a un medio que, en muchas ocasiones, lo consideran hostil, sobre todo en lo relativo a la aceptación de unas normas impuestas. Por eso la negociación de dichas normas es muy importante. Eso no significa que haya aquiescencia en todo lo que nuestros hijos o alumnos propongan, pero sí establecer mecanismos que permitan aceptar propuestas y que éstas contengan una cierta flexibilidad según las circunstancias.

La hora de llegada a casa, el horario de estudio de las tardes, las tareas domésticas, las amistades elegidas, etc., son fuente de discusiones que, si no se encauzan convenientemente, pueden conducir a situaciones problemáticas que se enquistan en el tiempo. La coordinación familia-centro educativo es, en estos casos, muy importante, así como la coordinación padre-madre o tutor-tutora y en los equipos docentes. En este último sentido, retomamos una idea fundamental de la entrevista con Juan Antonio Marina: «Quien educa es el centro entero, no sólo el profesor. Un centro que decide que no haya problemas graves de disciplina lo logra en dos años, con personal encargado, comisiones de mediación y un sistema de normas que se consensúa desde el primer día».

Como siempre, desde el sentido común y la experiencia, José Antonio Marina analiza con inteligencia los problemas de la educación (no sólo la que se produce en los centros docentes) y propone soluciones a los mismos. Se puede leer la entrevista completa en el siguiente enlace:

José Antonio Marina: Educa el centro entero, no sólo el docente

Paulo Freire: la educación como práctica de la libertad

18 de octubre de 2014
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La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
                                                                                                                                                 Don Quijote. Capítulo LVIII
 
Lo que quieras para la ciudad, ponlo en la escuela.
                                                                                                                                                                                            Platón
 
El respeto a la libertad de la persona que aprende es una condición insoslayable para poder calificar de educativo un proceso de aprendizaje.
                                                                                                                                                                 José Manuel Esteve
 

Si entendemos que educar es ayudar a desarrollar la persona, prepararla para la vida, extraer lo mejor de cada uno, y libertad es la facultad por la que uno hace voluntariamente lo que debe hacer, educar en y para la libertad será desarrollar en las personas la capacidad de actuar con responsabilidad y aceptar que tome sus propias decisiones. Esto sólo se puede llevar a cabo estableciendo unos mecanismos de diálogo en un clima de confianza y respeto, ya que en situaciones restrictivas o impositivas, en las que la capacidad de elección se vea excesivamente condicionada o limitada es muy difícil aprender a elegir convenientemente.

paulofreire

Como ya se ha comentado en anteriores ocasiones, es importante acudir periódicamente a los grandes pedagogos para encontrar los principios que deben regir cualquier acto educativo y Paulo Freire (1021-1997) es uno de ellos. Considerado uno de los educadores más significativos del siglo XX y conocido fundamentalmente por su «Pedagogía del oprimido», es un referente constante en la educación en y para la libertad. Después de poner en práctica sus ideas, alfabetizando a miles de campesinos en zonas desfavorecidas de Brasil fue acusado de agitador político por la olagarquía brasileña y por ciertos sectores de la Iglesia, y tuvo que salir de su país como consecuencia del golpe militar de 1964. Nunca abandonó su lucha por la libertad en la educación y en la sociedad y su ejemplo es continuado hoy día por miles de seguidores en todo el mundo.

Aunque es complicado resumir su pensamiento pedagógico en pocas líneas (recomiendo la lectura de su libro La educación como práctica de la libertad), se pueden destacar cuatro grandes ideas dentro de un método bastante más complejo y que él puso en práctica en zonas desfavorecidas de Brasil:

1. El conocimiento no se transmite, se «está construyendo»:  el  acto  educativo  no  consiste  en  una transmisión de  conocimientos, es el goce de la construcción de un mundo común.

2. Educación Bancaria, el saber como un depósito: En la concepción bancaria, los estudiantes se limitan a archivar los conocimientos, convertidos en objetos del proceso, padeciendo pasivamente la acción del educador. A mayor pasividad, con mayor facilidad los oprimidos se adaptarán al mundo y más lejos estarán de transformar la realidad. La educación bancaria es, por tanto, un instrumento de opresión.

3. Educación Problematizadoraniega el sistema unidireccional propuesto por la «Educación bancaria». Destruye la pasividad del educando y lo incita a la búsqueda de la transformación de la realidad, acentuando su espíritu crítico y su libertad.

4. Principio del diálogo: nuevo camino para la relación entre profesores y alumnos. Ambos se educan entre sí mientras se establece un diálogo en el cual tiene lugar el proceso educativo. Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión.

Algunas de las siguientes frases explican con claridad lo que Paulo Freire entiende por educación:

  • Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando.
  • Enseñar exige saber escuchar.
  • Nadie es, si prohíbe que otros sean.
  • Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre.
  • Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa.
  • La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo.

Teniendo como fondo las teorías de Paulo Freire y las de muchos  y destacados pedagogos a lo largo de la historia, es evidente que se educa mucho mejor favoreciendo un clima de debate, de diálogo, de confrontación de ideas y no mediante la imposición, la amenaza, el castigo o la disciplina impuesta, como ya se comentó hace unos meses en la entrada Autoridad y sensatez. Puede ser también muy instructiva la lectura del artículo de Miguel Ángel Santos Guerra A palo limpio que finaliza así:

No estoy de acuerdo con la idea de que la mejor forma de aprender sea a palo limpio. No es el palo, es la razón, el sentimiento y la ética. No estoy de acuerdo con quien piensa que si no es con el dolor del castigo no se aprende, con quien sostiene que si no hubiera multas la circulación sería un caos. No creo en el palo, creo en la lógica. No creo en el palo, creo en el sentimiento. No creo en palo, creo en la responsabilidad. No creo en el palo, creo en el respeto al prójimo.

Autoridad y sensatez

3 de febrero de 2014

Cualquier docente sabe que la autoridad se gana con el ejemplo, con la paciencia, con el amor, con la sensatez. Lejos de la disciplina impuesta o de las sumisiones acríticas, el profesor adquiere autoridad ante sus alumnos admitiendo de buen grado sus opiniones, siempre desde el respeto y con un espíritu constructivo, partiendo de su responsabilidad, potenciando la reflexión y recordando las obligaciones y los derechos que tienen como seres humanos y miembros de una comunidad. Pero sabiendo que cada uno tiene su sitio y ejerce su papel, que pertenecer a un grupo, sea la familia, el aula, la pandilla, etc., supone comprender que los demás también tienen sus gustos, sus deseos y sus necesidades.

El profesor Miguel Ángel Santos Guerra, en su blog El Adarve, escribe un artículo titulado «Yo, muslo» que juega con la anécdota inicial para ponernos en situación, en este caso para reflexionar sobre los autoritarismos inadmisibles, tanto en la familia como en el aula. Hay que impedir la tiranía de los niños, que pueden llegar a convertirse en «pequeños reyezuelos» y la imposición de cualquier forma y en cualquier situación de los adultos, sean padres, profesores o responsables políticos.

Recomiendo la lectura del mencionado artículo: «Yo, muslo».

 muslo

 Cuando se sirvió una fuente con tajadas de pollo, el padre de familia dijo de forma rápida e imperativa: ¡Yo, muslo!


trecegatosnegros

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