Gran parte de los fracasos escolares están provocados por un trastorno de origen neurobiológico que se conoce como dislexia. Independiente de cualquier causa intelectual, cultural o emocional, el término dislexia designa a la dificultad específica que se manifiesta en el aprendizaje de la lecto-escritura, presentando dificultades en el proceso lector, en la escritura y en la ortografía y, en general, con todo lo que tenga que ver con la decodificación de los símbolos que nosotros mismos hemos creado para nuestra comunicación (las letras y los números).
Según el CIE-10, los disléxicos manifiestan de forma característica dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples y para analizar o clasificar los sonidos. Además, la lectura se caracteriza por las omisiones, sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones, problemas de seguimiento visual y déficit en la comprensión. Es importante diagnosticar bien este trastorno ya que de eso depende que la respuesta educativa sea adecuada. Para ello se pueden utilizar los protocolos que se recogen en la web de DISFAM, entidad sin ánimo de lucro española integrada por familias con hijos con dislexia, adultos disléxicos y profesionales de diferentes ámbitos que han decidido agruparse preocupados y sensibilizados por las dificultades de aprendizaje durante la etapa infantil y adulta y también por las consecuencias emocionales que este trastorno conlleva.
Protocolos de detección de la dislexia en todas las etapas educativas
Las 37 características más comunes de la dislexia
Se pueden encontrar materiales para la detección y para el tratamiento de la dislexia en el apartado de Atención a la Diversidad de este blog.