Archive for the ‘memoria’ Category

Aprendizaje y memoria

5 de febrero de 2018

Cada cierto tiempo, de manera recurrente, se publican artículos que defienden o atacan la memoria como herramienta imprescindible o, por el contrario secundaria y accesoria, del aprendizaje. En este mismo blog podéis encontrar bastantes entradas que ponen de manifiesto ese debate, como por ejemplo Memoria y aprendizaje, Lo que un docente debe saber sobre la memoria o Estudiar más o estudiar mejor. En todos estos artículos he puesto de manifiesto la necesidad de incorporar de manera constante al proceso de enseñanza-aprendizaje la memoria, aunque nunca he sido partidario de un culto excesivo a la memorización, sobre todo a la que se lleva a cabo sin una reflexión, sin comprensión o sin significación para el estudiante. Prácticamente todas las técnicas de estudio utilizan diferentes estrategias que pretenden «grabar» los conocimientos adquiridos para evitar que el olvido los disperse, se disuelvan en un maremágnum de información que es imposible aprehender en su totalidad. El aprendizaje significativo, aquel que se produce cuando un estudiante incorpora y relaciona la nueva información con la que ya posee y que es el que realmente debe abordarse en las aulas, no está reñido ni mucho menos con la utilización de la memoria.

Hace unos años, no demasiados, la memoria se proscribió de los procesos de aprendizaje, quizás como reacción a pretéritas etapas que la colocaron en el centro mismo de la enseñanza, lo que se denomina aprendizaje memorístico, es decir memorizar párrafos enteros de textos de los que apenas si se entendían uno o dos conceptos, pero que había que repetir sin dejarse una coma. Esa fue la aspiración de muchas generaciones de docentes, sobre todo en los años cuarenta. cincuenta y sesenta del pasado siglo.

Un artículo de José Antonio Marina en El País (con el título que entrecomilla el periódico «Es perverso decir que no hay que aprender las cosas de memoria», ya entramos en el tema) vuelve a sacar a la luz la vieja controversia, que en el fondo no es tanta, porque lo que hace el profesor Marina no es atacar las nuevas tecnologías o la innovación educativa sino defender determinados valores de la escuela tradicional. Señala que «La psicología nos ha jugado una mala pasada con su teoría de la motivación. Pensar que al niño que no está motivado no hay que exigirle nada es un error. Tenemos que enseñarles que habrá cosas que tengan que hacer por obligación sin sentir ninguna motivación».  Otra idea es la de que «la memoria es el órgano del aprendizaje», aunque eso no implique que haya que aprender las cosas por repetición.

Como siempre he defendido, hay que dejar hablar a los que saben, por lo que invito a leer el artículo y completarlo, además, con este otro, Aprendizaje y memoria, publicado en INED21 hace un par de años.

Resultado de imagen de aprendizaje y memoria

 

 

 

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Ejercicios para entrenar la memoria y la concentración

8 de marzo de 2015

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Hace exactamente dos meses escribí una entrada titulada Memoria y aprendizaje en la que explicaba la importancia de la memoria en el aprendizaje y de cómo se había pasado de una enseñanza puramente memorística a otra en la que la memoria era arrinconada y apenas se utilizaba en el proceso de enseñanza aprendizaje. Ese artículo finalizaba diciendo que hay que hacer comprender a nuestros estudiantes que aprender sin memoria es imposible y que cuanto más se utilice, más fácil será el acceso al conocimiento.

En la actualidad se maneja una gran cantidad de información que es imposible procesar y recordar. Cada día se publican miles de documentos que se ponen a disposición de todos, por lo que es imprescindible saber seleccionar aquellos mensajes realmente valiosos y utilizarlos para incrementar nuestro conocimiento. Pero la memoria es una herramienta muy frágil y hay que ejercitarla continuamente, pues su falta de uso implica olvido y el olvido es enemigo del aprendizaje, del conocimiento y del saber.

En la Taxonomía de Bloom (para resumir, aquello que los educadores quieren que los alumnos sepan), formada por seis niveles, el más bajo, pero sin el que no puede alcanzarse con garantías el siguiente, es el de memorizar o recordar. Por tanto, cuanto más y mejor se domine este primer paso o más se afiancen los contenidos memorizados, más fácil será acceder a los siguientes: comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear.

Por tanto, es recomendable que nuestros estudiantes practiquen habitualmente ejercicios de memorización que pueden plantearse como un juego. En este Blog, dentro de las técnicas de estudio, podemos encontrar actividades para mejorar la memoria y la concentración. Pero también hay muchas páginas en Internet con actividades lúdicas y atractivas que, realizadas con cierta frecuencia, mejorarán rápidamente su capacidad memorística.

Ejercicios para entrenar la concentración

Blog Técnicas para mejorar la memoria

Ejercicios para entrenar la memoria

Ejercicios para entrenar y mejorar tu cerebro

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Memoria y aprendizaje

7 de enero de 2015

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«Ataúlfo, Sigerico, Walia, Teodoredo, Turismundo, Teodorico…» y así hasta completar la lista de los 33 reyes godos, se planteaba como una prueba memorística que se suele poner como ejemplo de reducir la enseñanza de la Historia a una enumeración de nombres, datos y fechas. Aprenderse la tabla de multiplicar, generalmente cantando, los afluentes de los ríos de España o las cordilleras, eran otras formas de aprendizaje de la pedagogía denominada «tradicional», que se basaba casi exclusivamente en la memoria, en la pasividad, en la repetición acrítica de contenidos preestablecidos, en el autoritarismo, etc., que se suele contraponer a la pedagogía llamada «progresista» (escuela nueva, escuela activa, pedagogía reformista…), que, partiendo de las ideas de Rousseau, de Pestalozzi, de Montessori o de Piaget, pretende responder a las necesidades del individuo y desarrollar todas sus potencialidades y, al mismo tiempo, mejorar la sociedad, haciéndola más libre y tolerante.

¿A qué viene este pequeño repaso de historia de la Pedagogía? Hace unos días leí una entrada en el blog Profesor en la Secundaria titulada El papel de la memoria en el aprendizaje en el que se plantea la aparente contradicción entre memoria y aprendizaje. Y digo aparente porque como ya comenté en otro artículo (Lo que un docente debe saber sobre la memoria) no hay inteligencia sin memoria. Y no hay verdadero aprendizaje si no somos capaces de utilizar inteligentemente la memoria, lo que hemos experimentado, lo que hemos interiorizado. La cultura, esa amalgama de conocimientos que van pasando de generación en generación, no existiría sin una memoria individual y, al mismo tiempo, colectiva.

En un mundo en el que los conocimientos (quizás sería más apropiado decir la información) se van multiplicando de manera vertiginosa, en el que Internet o Google son herramientas imprescindibles, en el que existen cientos, miles de páginas sobre cualquier tema, muchas de ellas de Universidades y centros de estudios, parece innecesario tener que memorizar cualquier información cuando con un solo click y en muy pocos segundos accedemos a miles y millones de datos.

Tengo alumnos de Bachillerato que cuando les pregunto su DNI o el teléfono de sus padres tienen que utilizar el móvil y buscarlo, porque no se lo saben (aunque también es verdad que son capaces de aprenderse una canción en inglés que les gusta con solo escucharla dos o tres veces). El problema fundamental es que memorizar supone un esfuerzo y cuando hay que esforzarse en realizar una tarea que no nos gusta o que consideramos innecesaria, procuramos encontrar cualquier excusa para no hacerla: levantarse temprano, hacer la cama, ayudar en las tareas de casa, estudiar… Y llegado el momento, sólo la imposición o la amenaza (llámese suspenso o castigo) logran algún resultado.

Encontrar la forma de que nuestros estudiantes consideren que el aprendizaje, la cultura, el conocimiento, el saber, los hará más libres, más completos, más humanos. Encontrar la forma de emocionarlos con nuestra enseñanza y con su aprendizaje (Aprendemos lo que hacemos y lo que nos emociona). Esa es la auténtica tarea del docente, su principal reto. Y hacerles ver que aprender sin memoria es imposible y que cuanto más se utilice, más fácil será el acceso al conocimiento.

Recomiendo, porque en él se explica muy bien todo lo que he expuesto, la lectura del artículo mencionado con anterioridad: El papel de la memoria en el aprendizaje.

Neurociencia, emoción y educación

1 de octubre de 2014

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La necesidad de encontrar los mejores métodos y herramientas que faciliten el proceso de enseñanza-aprendizaje ha sido siempre un objetivo fundamental de la pedagogía. A lo largo de los siglos y partiendo de teorías filosóficas, económicas, psicológicas o religiosas, se ha intentado mejorar la eficacia de la práctica educativa de los docentes y del consiguiente aprendizaje de los alumnos. Aunque son numerosos los condicionantes que influyen en los resultados escolares, hay que reconocer que unos métodos son más eficientes que otros, tal y como demuestran los estudios que se publican periódicamente. La inversión en educación y la preparación del profesorado, por ejemplo, son indicadores que inciden en la mejora de esos resultados, pero es conveniente fijarse en otros factores tanto o más influyentes que los citados y que todo docente debería tener en cuenta.

Partiendo de los avances de la neurociencia (conjunto de disciplinas que estudian el sistema nervioso y de cómo sus diferentes elementos interactúan, dando lugar a las bases biológicas de la conducta), se van conociendo cada vez mejor los mecanismos cerebrales que permiten el aprendizaje, el recuerdo, la comprensión y memorización de conceptos, etc.

Entre los principales descubrimientos está la demostración de que las emociones conducen la memoria: si la emoción es placentera el aprendizaje es más efectivo, si el alumno está contento la información recibida será aprendida con mayor facilidad. Otra importante idea es que al cerebro se le agiliza el aprendizaje cuando se incorpora mediante gráficos, esquemas, mapas y cualquier otra herramienta que permita la formalidad y el orden.

En este mismo blog ya hemos comentado este tema: Aprendemos lo que hacemos y lo que nos emocionaque podemos encontrar más desarrollado y explicado en los siguientes enlaces:

La neurociencia demuestra que el elemento esencial en el aprendizaje es la emoción

Neurociencia aplicada a la educación y al aprendizaje

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Aprendemos lo que hacemos y lo que nos emociona

15 de marzo de 2014

En la entrada del día 22 de febrero se recordaba el 75 aniversario de la muerte de Antonio Machado. Una de sus poesías más conocidas, titulada Recuerdo infantil, dice en una de sus estrofas:

                                     Y todo un coro infantil
                                     va cantando la lección:
                                     «mil veces ciento, cien mil;
                                     mil veces mil, un millón».

Cada vez que la leo me acuerdo de mi época de estudiante, en la que con 8 o 9 años casi todo se aprendía cantando: la tabla de multiplicar, los ríos de España con sus afluentes, los reyes… Todo lo que supusiera aprendizaje memorístico se apoyaba en ritmos o melodías que ayudaban a la retención y facilitaban la posterior recuperación de los contenidos.

Esa vieja costumbre de memorizar repitiendo ha sido y es muy denostada, pero se revela muy eficaz ya que involucra al sistema motor, que es imprescindible en la producción de palabras. Un ejemplo lo tenemos en la frase «cantar los temas de las oposiciones» (recomiendo ver el vídeo a los que estén interesados en opositar). Aquellos que preparan oposiciones a Notario, Registrador de la Propiedad, Abogado del Estado, etc., necesitan decir, repetir (cantar) un determinado tema en poco tiempo, para lo que tienen que utilizar técnicas de memorización muy precisas: subrayar, comprender, resumir, repetir…, son pasos imprescindibles. Pero a todos ellos hay que añadir algo más, y quizás lo más importante: aprendemos y recordamos mejor lo que nos mueve o emociona.

A un opositor, que debe pasar años estudiando muchas horas diarias e invirtiendo mucho dinero, lo que le mueve normalmente es el premio: hacerse funcionario del Estado, un sueldo para toda la vida (para otros, este sacrificio no merece la pena). Eso mismo le pasa al estudiante que quiere aprobar: la nota es el motor. Pero hay muchos alumnos que necesitan otros motivos, necesitan una motivación más poderosa: la emoción que provoca un tema que le gusta, la pasión que pone el profesor en su trabajo, el placer de las cosas bien hechas, la alegría de sus padres… Cada uno debería buscar su propio motor, sus objetivos, la meta o metas a alcanzar.

Recomiendo la lectura de la entrada del blog ¿QuÉduQuÉ-QuÉduCuándo? Aunque el tiempo pase, ¿por qué Sam, Elsa o Rick no olvidan la canción? Aprendemos lo que hacemos y lo que nos emociona, he aquí la cuestión.

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Y también el artículo en el que se basa ¿Por qué nunca se nos olvida esa vieja canción?

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Por último, no estaría de más dar un pequeño repaso a algunos de los enlaces que se recogen en Las mejores páginas sobre técnicas de estudio y estilos de aprendizaje.

Lo que un docente debe saber sobre la memoria

26 de enero de 2014

En el blog del filósofo José Antonio Marina, Observatorio de Innovación Educativa, se analizan las tendencias pedagógicas que potencien la calidad y la educación integral, y las acciones de innovación educativa que puedan contribuir a una mejora de la educación. Este blog forma parte del CENTRO DE ESTUDIOS EN INNOVACIÓN Y DINÁMICAS EDUCATIVAS (CEIDE), de la Fundación S.M.

En una de las últimas entradas del mencionado blog, José Antonio Marina reflexiona sobre la importancia de la memoria en la enseñanza: «La posibilidad de educar deriva de nuestra capacidad de aprender y de utilizar lo aprendido. Llamamos “memoria” a la facultad de conservar y utilizar nuestra experiencia, y llamamos “aprendizaje” al proceso por el que se adquiere un conocimiento, un hábito afectivo o una habilidad intelectual o motora.»

Pincha en la imagen para leer todo el contenido.

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En la ficha 13 de las Técnicas básicas de estudio se pueden encontrar actividades para mejorar la memoria, así como en las Técnicas para la memoria, de la web Aprender a estudiarque podéis encontrar en este blog.

Ayuda al estudiante: prepárate para los exámenes

30 de abril de 2013

Estamos en la recta final de curso. Falta poco más de mes y medio para que se terminen las clases y los exámenes están a la vuelta de la esquina. Un último esfuerzo, la culminación de horas de estudio y de trabajo. No siempre es así, porque en demasiadas ocasiones lo dejamos todo para el final y se acumulan las ideas, los nombres, las fechas… Son muchos temas en poco tiempo.

Pero no te agobies: si has trabajado a lo largo del curso, seguro que ahora estás bien preparado y obtendrás la recompensa. Y si no te has esforzado, para qué preocuparse: ha sido una opción libremente asumida y no se pueden esperar milagros. ¿O sí?

En los enlaces que te indico al final puedes encontrar muchos consejos sobre los exámenes: cómo planificarlos y prepararlos, qué y cómo estudiar, qué hacer durante el examen… Todo esto también lo encuentras en la página de Técnicas de Estudio II: Cómo estudiar y Cómo preparar un examen.

Recuerda: si lo único que haces es leer un tema una y otra vez intentando aprendértelo de memoria, tienes un porcentaje muy alto de probabilidades de que en poco tiempo se te olvide todo. Nuestra capacidad de memorizar es bastante limitada, por lo que tenemos que poner en práctica otros mecanismos que ayuden a la memoria: relacionar conocimientos, buscar similitudes, utilizar reglas mnemotécnicas, seleccionar la información, etc. Lee los dos artículos que te recomiendo (en total serán diez o quince minutos como máximo) y verás como te ayudan a clarificar tus ideas.

tormenta

Tormenta de exámenes

La primera pregunta del examen es…


trecegatosnegros

un viaje por la suerte, el destino y lo que somos

Mónica Diz Orienta

Por José Manuel Castro Díaz (maestro y orientador jubilado)

PROFESOR EN LA SECUNDARIA

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Guía de orientación en secundaria para alumnos y padres de Murcia.

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