Todavía queda mucho terreno por abonar y mucho camino por recorrer. En este blog hemos hecho hincapié en la necesidad de educar a los jóvenes en los valores de la igualdad entre los sexos, en el respeto, en la libertad (recopilación de enlaces sobre coeducación). En nuestro Instituto, tanto desde el Departamento de Coeducación como en la tutorías, son numerosas las actividades dedicadas a concienciar a nuestros alumnos. Y creo que estamos avanzando, que hemos mejorado en bastantes aspectos. Pero en la sociedad en general, y en los jóvenes en particular, todavía siguen persistiendo muchos estereotipos que consideran «normal» la desigualdad o cierto tipo de violencia de género.
Que un chico controle los horarios, las amistades, el móvil, el estudio o el trabajo de su pareja, es considerado inevitable o aceptable por uno de cada tres jóvenes entre 15 y 29 años. Es lo que señala el estudio «Percepción de la violencia de género en la adolescencia y la juventud», elaborado por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.
No nos cansamos de decirle a nuestros estudiantes, chicos y chicas, que el amor o el cariño hacia el otro implica respeto y libertad; que las relaciones de pareja deben basarse en una verdadera confianza y que nunca, en ningún caso, en ninguna situación, puede ni debe consentirse manifestación alguna, por pequeña que sea, de violencia, ni física ni verbal ni de cualquier otro tipo. Como ya he dicho en muchas ocasiones, las familias deben educar a sus hijos y a sus hijas en estas ideas desde muy pequeños. El respeto empieza por uno mismo. Si desde las edades más tempranas inculcamos los valores de igualdad, libertad y tolerancia entre ambos sexos, serán capaces de detectar los primeros síntomas de violencia (palabras, miradas, gestos, hechos) y si esto sucede, acabar con la relación, enfrentarse al otro o denunciarlo, si es el caso.